*Por Vladislav
Púnchev Gara / AFP
03/03/13-.El primer ministro de Bulgaria, Boiko
Borisov, presentó ante el Parlamento la dimisión de su Gobierno después de diez
días de intensas protestas populares por la carestía de la electricidad y
contra la pobreza en el país. Esta renuncia abre las puertas a la convocatoria
de elecciones legislativas anticipadas en primavera tras la negativa de los
principales partidos políticos a formar un Ejecutivo de transición.
Borisov subrayó, en una carta abierta, que «no puedo participar en un Gobierno bajo cuyo mandato la Policía está golpeando al pueblo».
«A partir de hoy el Gobierno no tiene nada que hacer. Cada gotita de sangre para nosotros es una mancha. No puedo ver un Parlamento rodeado por vallas», señaló Borisov en su misiva en alusión a los heridos en las manifestaciones celebradas en varias ciudades estos dos últimos días.
Como resultado de la violencia decenas de ciudadanos resultaron heridos, además, un joven falleció el martes tras inmolarse en un paso de peatones de la localidad de Veliko Tarnovo y un segundo hombre, de 36 años, resultó herido de gravedad al prenderse fuego frente al Ayuntamiento de Varna y sufrir quemaduras en el 80% de su cuerpo.
Decenas de miles de personas se manifestaron en una veintena de ciudades búlgaras contra la última subida de las tarifas eléctricas y para reclamar la renacionalización de las compañías energética extranjeras que operan en el país.
Borisov trató de calmar el malestar en la calle forzando la dimisión de su ministro de Finanzas, Simeon Dyankov. «Adiós Dyankov, el próximo es Borisov», fue el lema de los manifestantes el lunes.
Ante la evidencia de que la partida de Dyankov no calmó las aguas, Borisov inpuso multas a las tres distribuidoras de electricidad extranjeras a las que recomendaba anular la subida del precio del 13% que entró el vigor en agosto y anunció la revocación de la licencia a la checa CEZ.
El precio de la electricidad es especialmente sensible para los búlgaros, especialmente en invierno, cuando una factura cuesta una media de 350 euros al mes, lo mismo que el salario medio en Bulgaria.
Posibles elecciones anticipadas
El partido de Borisov, el GERB, que cuenta con 117 diputados -a los que aconsejó dimitir- y la principal fuerza de la oposición, el Partido Socialista Búlgaro (BSP, 40 diputados) descartaron integrar un Ejecutivo de transición.
El Movimiento de Derechos y Libertades, partido de la minoría turca (37 escaños), abogó por un Gobierno interino y elecciones anticipadas el 28 de abril.
«Las elecciones interesan al GERB», que se arriesga a una grave pérdida de popularidad hasta julio, indicó Dimitar Avramov, experto el Ciencias Políticas.
Según un sondeo de Gallup, Borisov y el líder del BSP, Serguei Stanichev cuenta con el 29% de aceptación y ambos partidos tienen también idéntico porcentaje en intención de voto, el 22%.
El politólogo de Gallup Andrey Raytchev considera, por otra parte, que «el próximo Gobierno no durará más de dos años», porque impulsará reformas indispensables pero muy impopulares que el GERB ha evitado. Entre ellas, una reducción del número de hospitales y de universidades y un nuevo aumento de la edad de la jubilación.
Un descontento con raíces muy profundas
«Somos testigos de cómo el frigorífico ha anulado al televisor», declaró el politólogo Arman Babikyan a la agencia BGNES, en alusión a que las dificultades de la población para afrontar los gastos cotidianos contrastan con las informaciones en televisión sobre el éxito de la política económica del Gobierno renunciante.
El Gobierno no ha dejado de destacar el supuesto mérito de mantener la estabilidad fiscal y la baja deuda del país. El propio Plevneliev, hace apenas dos meses, se mostraba en declaraciones a Efe orgulloso de las cifras macroeconómicas -un déficit menor al 2% y una deuda del 16% del PIB- logradas con una estrategia de ahorro en los últimos cuatro años.
Pero esa política ha empeorado el bajo nivel de ingresos, pensiones y gasto público y así, el salario medio ronda los 350 euros, el mínimo es de 155 euros y las pensiones rondan los 75 euros.
La víspera de la renuncia de su Gobierno, Borisov descartó su dimisión al tiempo que aseguraba que lo haría si la calle seguía exigiéndolo.
Dijo no importarle si
concluía o no su mandato -le quedaban cuatro meses-. «A mí me importa que en
los últimos años mi Gobierno garantizó una estabilidad financiera y evitó
escenarios como los de Grecia o España», había señalado el martes.